Las reconciliaciones de pareja son muy dulces, son un momento de unión total entre dos personas que han estado distanciadas a nivel emocional como consecuencia de una discusión o de un momento de tensión. Cuanto mayor tiempo de silencio ha habido entres dos personas que se quieren, más sensación de paz se tiene al recuperar de nuevo la tranquilidad junto al ser amado. Detrás de las reconciliaciones también existe una gran lección: el amor tiene que alimentarse con humildad porque si cada uno se deja llevar por la soberbia de no pedir perdón, entonces, será imposible vivir ese momento tan único entre los dos.
Sin embargo, idealizar las reconciliaciones de pareja al extremo puede ser una excusa también, para integrar las discusiones con demasiada frecuencia en el seno de la rutina. Existen parejas tóxicas que viven a merced de los cambios de emoción que produce una pelea y la posterior reconciliación. Vivir una situación así no es nada agradable porque la persona, termina notando los efectos de tener una relación de amor negativa, en otros ámbitos de su vida.
Una relación de pareja que funciona tiene una discusión por cada cinco momentos bonitos, de esta forma, la memoria se centra mucho más en lo positivo de la convivencia que en lo negativo. Pero cuando la situación se produce al revés, entonces, algo muy importante está fallando entre los dos.
Una discusión de pareja, te permite profundizar en los puntos fuertes y débiles de vuestra relación para poder hacer algunos cambios y mejorar el amor. Por otra parte, también es positivo extraer una lección de ese distanciamiento porque se suele decir que las cosas se valoran de verdad cuando se pierden. Existen personas que se manejan mal con el conflicto y cuando existe una discusión piensan en la ruptura como la mejor solución.