Las personas cambian a lo largo de la vida, es decir, siempre se nota una evolución desde la infancia hasta la vejez. Por ello, en base al recuerdo de cómo era alguien de niño no puedes juzgar cómo es en la actualidad, puede haber cambiado mucho y ser alguien totalmente diferente. Por ello, merece la pena dar una oportunidad a las amistades para poder empezar de nuevo. De lo contrario, puedes perderte muy bueno momentos por prejuicios que no te hacen sentir bien. Pero en el plano de la pareja, también existe esta misma incógnita: ¿Las personas cambian?
En este terreno todo es mucho más complejo. Una persona puede cambiar en el contexto de una relación, sin embargo, nunca lo hará por coacción externa sino por iniciativa propia. Es decir, tiene que estar convencida de verdad de que quiere hacerlo. Por ello, es un gran error exigir un cambio en los demás ya que cada persona es libre. Otro error también es quedar a la espera durante mucho tiempo de que otra persona cambie. Es mejor asumir la realidad y desterrar tópicos tan nocivos como el que afirma: “Si me quiere, cambiará por mí”.
Por tanto, las personas sí que cambian en el seno de una pareja. Pero sólo se cambia cuando uno quiere hacerlo porque considera que tiene un problema o algo que le limita. En general, es muy saludable vivir con el criterio constructivo de querer crecer y mejorar como persona, por ello, cada año puedes tener unos objetivos que cumplir a nivel emocional. Por ejemplo, tener más empatía, tomar más la iniciativa en los planes, superar la timidez, potenciar el diálogo asertivo en la pareja, ser más humilde… Conforme creces a nivel interior, también te sientes mucho mejor contigo mismo, estás más contento y más feliz.