¿Qué ganamos comparando a nuestras parejas? ¿Llegamos a saber lo que nos falta o lo que nos sobra en nuestra relación? ¿Quieres que tu pareja actual se parezca a tu ex pareja? Probablemente no, ya que entonces deberíamos plantearnos que hacemos manteniendo esta relación actual. Cuando estamos haciendo una comparación, en realidad estamos haciendo algo más. Realmente lo que queremos es que nuestra pareja actual satisfaga algunas necesidades y deseos específicos de la misma manera que otras parejas lo hicieron en el pasado.
Por desgracia, cuando hacemos esta comparación entre parejas y se lo comentamos abiertamente a la actual, los problemas pueden surgir muy rápidamente. Es muy probable que nuestra pareja esté enojada e incluso resentida. ¿Cómo podemos tener nuestras necesidades y deseos satisfechos sin hacer daño y sin comparar? No es tan difícil como parece, simplemente debemos preguntar.
Por ejemplo: consideramos que no estamos recibiendo tanto amor como en una relación anterior. Lo que podemos hacer es preguntar a nuestra pareja si en realidad nos quiere. Recuerda que cada persona quiere de una manera. Decir a nuestra pareja cosas como: «¿Por qué no eres como X?” o «X me quería más que tú” sólo conseguirá traernos problemas.
Pedir que todo el mundo ame igual es imposible. Lo correcto es explicar lo que nos gusta y lo que nos hace sentirnos amados. Con enfoques más generales, sin tener que dar el nombre de otras personas, seguro que conseguimos más que echando en cara lo que antes nos querían. Recuerda: las comparaciones son odiosas. Deja de comprar y empieza a trabajar en tu nueva relación.