Una infidelidad puede ser el punto final de una relación pero también puede ser un punto de inflexión. Existen personas que cuado sufren una infidelidad, deciden perdonar a su pareja. En cualquier caso, es muy importante puntualizar que reconstruir una relación tras un acto de este tipo, implica la colaboración mutua. Las consecuencias más frecuentes tras una infidelidad son el distanciamiento emocional, las dudas (sentimientos contradictorios) y la falta de confianza. Identificar los efectos directos de una infidelidad puede ser un primer paso para alimentar con paciencia estas áreas del amor. ¿Pero cuál es el primer paso?
El perdón
Perdonar no significa hacer como si no hubiera pasado nada. Esta es la interpretación que tienen aquellos que intentan pasar página de forma rápida. Perdonar implica asumir lo sucedido, aceptarlo y dar una oportunidad a la persona sin recordarle continuamente su error. Perdonar a tu pareja en una situación así implica comprometerte con el objetivo de poner aquello que esté en tu mano para sacar esa relación adelante (si es que de verdad quieres continuar con la relación).
Etapas frecuentes en un proceso de superación
Tras una infidelidad, las parejas viven una primera fase de una alta intensidad emocional marcada por las dudas internas (no saber qué hacer al respecto) y la oposición de sentimientos. Tras esta fase, las personas también se hacen preguntas constantes sobre aquello que pasó con el objetivo de poder entender la causa concreta que motivó esa infidelidad.
En un tercer paso, las parejas se dan cuenta de que la confianza está dañada y que nada es como antes (comparar el presente con el pasado produce frustración). Para recuperar la confianza puede ser muy positivo hacer una terapia de pareja y contar con el apoyo de un especialista. Del mismo modo, es muy necesario retomar la relación con calma y dar tiempo al tiempo.