La novia y las damas de honor


Para una novia tener una dama de honor a su lado es una gran ayuda. Por supuesto, a la mayoría de tus buenas amigas le encantaría ser tu dama de honor, así que puede que la elección sea un poco dura, aunque siempre cabe la posibilidad de aumentar el número de damas de honor si tienes dudas.

Si finalmente decides tener varias damas de honor, algo que puede facilitar el duro trabajo de preparar una boda es la repartición de trabajos. Puedes hacer que ellas se encarguen de concretar quién finalmente va a asistir a la boda o no. Mientras dos de ellas, por ejemplo, realizan las llamadas, otra te puede acompañar a la prueba del vestido. Pero recuerda que debes dar a tus damas de honor el mismo trato. No hagas notables tus preferencias por ninguna ni expliques que una de ellas tiene más valor par ti que las otras. Todas son iguales.

Deja que se encarguen de la recogida de los regalos del día de la boda y ve con ellas al restaurante para realizar la organización de las mesas con ellas. Puede que la fecha de la boda esté tan cerca que te impida ver el trabajo que tus amigas están realizando por ti. Procura que esto no se te olvide e intenta darles un regalo por la grandísima ayuda que te han proporcionado.

Debes hacer que ellas se sientan las personas más importantes de tu boda. En realidad muchas cosas de la boda no se podrían realizar sin tus inseparables damas. Cuando vuelvas de tu viaje de novios invítalas a cenar y cuéntales como ha ido el viaje. Vuelve a agradecer su ayuda.

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