Sonreír, es una agradable “enfermedad” contagiosa. Se propaga de una persona a otra cuando estas, están felices. Cuando se está triste, tampoco es difícil comenzar a sonreír cuando estás con alguien especial o simplemente con algún amigo o familiar. Cuando sonreímos mostramos nuestra felicidad y esto puede atraer a muchas personas. Una cara sonriente no sólo hace feliz a uno mismo, también llena el corazón de los demás con la felicidad.
Cuando sonreímos nuestro corazón se llena de “calor” y se demuestra en nuestra conducta. La primera impresión es la última impresión y la sonrisa tiene mucha importancia en esta primera impresión. No es lo mismo que te presentes a esa persona que te gusta con el ceño fruncido, que lo hagas con una amplia y bonita sonrisa. Sonreír es una actividad positiva. Nos ayuda a ser positivos.
Aunque no lo creas, porque te pilla en una época de bajón, una gran sonrisa te puede ayudar a conseguir cosas muy importantes en la vida. Recuerda que las sonrisas llenan la mente con pensamientos positivos. Aporta ideas positivas a nuestra mente, lo que nos permite ampliar nuestro círculo de amigos para, de esta forma conocer más gente que poco a poco pueden pasar a ser algo más.
Además de los beneficios mencionados, la sonrisa también ayuda a superar problemas de salud, como por ejemplo la presión arterial. Diferentes estudios también ha obtenido resultados muy positivos con la sonrisa como “medicamento” contra algunas enfermedades cardiacas. Nuestro rendimiento mejora con una buena sonrisa. Esta, ayuda a sacar todo nuestro potencial. Somos capaces de tratar problemas con mucha más facilidad y los resultados obtenidos siempre serán mejores cuando las tareas o trabajo se realicen sonriendo.