Deja de pensar en lo que pudo ser y no fue


Las heridas de amor son muy difíciles de superar tal vez, porque en algún momento sentiste el deseo de volver atrás y aterrizar en tu pasado para actuar de una forma diferente. Cuando piensas así es porque crees que si hubieses hecho algo distinto, la historia hubiese tenido continuación o un final mejor. Es decir, pones en tu poder todo el guión y la trama de un romance que se resume, simplemente, en algo que pudo ser pero que no fue. Lejos de quedarte enganchado dando vueltas y vueltas a aquello que pudo ser, debes centrarte en la realidad de los acontecimientos y dejar de idealizar el ayer.

Además, en caso de que estés tan convencido de que la otra persona merecía la pena de verdad, entonces, lucha desde el presente. Expresa tus sentimientos para liberarte. No importa cuál sea el resultado sino que tú te sientas orgulloso de haber dado el paso y haberte liberado al contar la verdad que hay en tu corazón.

A veces, cuando el presente no es tal y como te hubiese gustado, puedes encontrar un refugio en tu pasado. Pero ya sabes que huir nunca es la mejor solución a los problemas. Por ello, evita pensar una y mil veces en algo que no pudo ser para centrarte en el aquí y en el ahora, momento y lugar en el que tal vez, conozcas a una persona que de verdad merezca la pena.

Además, debes ser más comprensivo contigo mismo, por ello, acepta tus propias decisiones y piensa que siempre actúas de la mejor forma posible en base a tu conocimiento y tu madurez del momento. Deja de sufrir porque el dolor del ayer ya no tiene sentido. Intenta olvidar y quedarte con lo bueno de cada situación. Ahora mismo, eres más sabio que ayer pero menos que mañana.

Idealizar el amor


Platón sostenía que el verdadero amor es el amor a la sabiduría, al conocimiento, por lo tanto el amor platónico no es el amor al ideal de una persona sino el amor a conocerla y por saber de ella.

Se refiere al amor inalcanzable, a aquel que por diversas circunstancias no se puede materializar, en el puede haber un elemento sexual que se da de forma mental y no de forma física.

El amar de una manera platónica por lo general se asocia a:

– Cierta frustración que va unida al mismo tiempo a la esperanza de encontrar a la persona amada en la realidad a través de la fantasía y la imaginación.
– Se manifiesta como una necesidad de tener lo ideal sin que sea real.
– También se manifiesta como una frustración de una realidad no consumada.

Los amores idealizados o platónicos se dan sobre todo en personas que son introvertidas, románticas e intelectuales, que en ocasiones se sienten inseguras ante al amor físico y que sin embargo tienen una gran riqueza interior y un mundo de expresión de sus sentimientos a través de la intelectualidad.

Casi todo el mundo pasa por un periodo en el que crea fantasías y se apoya en ellas durante un tiempo, lo cual hasta cierto punto es saludable. Lo peligroso viene cuando la persona se queda estancada en esos mitos o amores platónicos.

A través de este sentimiento avivado por la imaginación, la persona puede llegar a descubrir qué es lo que realmente desea en el amor para luego poder amar de verdad, ya que en la fantasía se resuelven los pensamientos unidos a la emoción del amor, y por lo tanto es un buen camino para el conocimiento de uno mismo en este sentido.