El divorcio siempre supone un proceso difícil y doloroso que viene cargado de altas dosis de decepción, sencillamente, porque se tiene la sensación de haber apostado por una historia que no ha salido como uno esperaba. Es fácil ser crítico desde el presente con el pasado, por ello, conviene cambiar la perspectiva. Aprende a dar las gracias a aquellas personas que han formado parte de tu vida y despídete siempre con actitud de agradecimiento.
Es decir, evita convertir a tu ex en tu enemigo ya que se trata de empezar de nuevo desde la paz y desde la calma. Por supuesto, siempre se sufre más en una separación cuando alguien asume este momento de una forma involuntaria. Pero no sólo aquel que es abandonado sufre sino que también lo hace aquel que toma la decisión de romper. Ya que a nivel interno, también duda y puede preguntarse si de verdad está haciendo lo correcto. Un divorcio todavía se complica más en el caso de que haya hijos en común. Por el bien de ellos, lo adecuado es apostar por la sensatez y por el sentido común de actuar como adultos.
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