El amor se alimenta con el paso de los días y de los años. Cualquier pareja que ha llegado a celebrar las bodas de plata o de oro con éxito te explica que la relación es mucho más profunda que en el inicio. Cuando la pasión era mayor pero el grado de conocimiento mutuo y de compromiso también es menor. Es decir, a través de los años, también se ganan muchas cosas, vivencias y sentimientos.
Por ejemplo, se alcanza una gran estabilidad, un grado de empatía notable, se fomenta la amistad y se disfruta de un proyecto de vida en común. Envejecer juntos es el sueño de muchas parejas pero mientras que hace unas décadas ese objetivo era alcanzable, hoy día, parece prácticamente, una misión imposible. Afortunadamente, todavía existen muchas historias de amor que puedes observar a tu alrededor.
Siéntate un día en un banco de un parque y observa a la gente pasar. Verás que hay ancianos que se cogen de la mano al caminar aunque tengan que hacerlo apoyados por un bastón. Personas que muestran una gran complicidad detrás de las arrugas de su rostro.
¿Cómo se alcanza el ideal del para siempre? A través del trabajo mutuo, se debe hacer un gran esfuerzo por ambas partes. Pero también, a través de la suerte, y es que al final, es el azar quien está de tu lado a lo largo de la vida en decisiones tan importante como la de haber elegido a la persona adecuada. Esa persona que cuidará de ti en los momentos de enfermedad y te acompañará en la alegría. Sin duda, la clave reside en saber que nunca, jamás, se termina de conquistar de verdad a otra persona. Sencillamente, porque si se aburre o no tiene lo que espera y necesita, puede cambiar de opinión.