El enamoramiento tiene tal poder en la perspectiva individual del enamorado que la visión que se tiene del otro puede ser totalmente diferente al dejar de estar en una nube. El enamoramiento lo mejora todo porque nos hace caer en un estado de subjetividad en donde todo es tal y como nosotros queremos que sea. La caída después de ese estado perfecto puede ser dolorosa en algunos casos. Pero en otros muchos, el amor de verdad se afianza al ir adaptando esa imagen ideal a la realidad concreta de ambos.
El enamoramiento causa buen humor
El enamoramiento causa buen humor, produce un optimismo natural en el enamorado. De hecho, uno de los síntomas de que una persona se ha ilusionado con alguien es que se muestre muy alegre en su día a día. Sonríe más y ríe más.
El enamoramiento mejora el carácter de las personas muy rígidas a nivel emocional. En contraste con esta situación, cuando se vive una decepción amorosa se siente una amargura importante y el afectado solo tiene ganas de llorar en los primeros días.
La euforia
El enamorado sufre cambios de humor como una peonza que en un mismo día puede tener diferentes estados anímicos dependiendo de si sus expectativas se ven cubiertas o no. Estos cambios emocionales terminan siendo agotadores no sólo a nivel mental sino también, a nivel físico. Se pierde mucha energía por la adaptación que requiere cada nuevo estado de ánimo.
En los momentos positivos, el enamorado ve la vida de otro color, se siente motivado incluso para ir a trabajar, se siente protagonista de una película que apunta un final feliz. El enamoramiento es una etapa bonita en la que la persona puede conocerse a sí misma desde una perspectiva diferente.