Si pudiésemos analizar el sentimiento del amor en sus orígenes sólo podríamos decir que surge con tal fuerza y convicción que tiene vocación de eternidad. Igual que algunas personas consideran que el amor es ciego (algo muy cuestionable desde un punto de vista racional) la realidad es que el enamoramiento muestra el deseo de una persona por luchar, amar y conquistar el corazón de otra.
Más allá de todo obstáculo y de todo límite. El corazón humano se ennoblece cuando se dispone a amar. Una de las razones por las que se sufre tanto tras una decepción es esa. Porque el amor inicial tiene vocación de eternidad, por ello, cuando alguien se da cuenta de que una historia no ha sido para siempre no puede más que evitar la tristeza, la rabia, la ira y el miedo que surgen tras un adiós.
Sin embargo, esa vocación de eternidad que tiene el amor es precisamente la que te lleva a no perder la fe y la esperanza en la posibilidad de encontrar una pareja para toda la vida. Un compañero con quien poder compartir los buenos momentos y también los malos. Incluso en el cine, el amor es un tema universal y recurrente, sencillamente, porque este sentimiento logra mover y captar la atención del espectador.
El amor tiene diferentes etapas, por ello, tras la fuerza del inicio, a veces, llega una etapa de más realismo y de más calma en la que te das cuenta de que la otra persona no te hace feliz al cien por cien y que tal vez, no es tal y como pensabas. Por ello, debes rectificar tu decisión y cambiar de rumbo porque seguro que en algún lugar del mundo encuentras a una persona que es para ti.