El amor es un verdadero regalo en cualquier época del año, sin embargo, en fechas como la Navidad o el verano es cuando de verdad una pareja toma conciencia de su situación real. ¿Por qué? Sencillamente, porque al pasar mucho más tiempo en común, también es más frecuente que se produzcan más conflictos y peleas en caso de que la relación de confianza no sea la adecuada. Pero también sucede a la inversa, es decir, en caso de que una relación de pareja sea fuerte, entonces, la felicidad crece al poder estar juntos y compartir momentos en común.
En Navidad además también se pasa más tiempo con la suegra, con el cuñado, con el primo… Es decir, con toda la familia de la pareja. En ese caso, es importante ser generoso y saber que para el otro es importante estar con su familia. Por ello, es esencial intentar tener la actitud adecuada para pasar una velada agradable. No estés mirando la hora constantemente, no critiques a su familia, ni te quejes de que no te gusta el menú.
La Navidad es un tiempo para pensar en positivo, para vivir desde la verdad de la esperanza que surge del amor correspondido, es fundamental cuidar los pequeños detalles para saber que se trata de una historia que va bien y que evoluciona. A lo largo del año, en medio de la prisa y de la presión por la rutina laboral, es difícil encontrar tiempo y espacio de calidad para hacer planes diferentes, para fomentar la comunicación y el diálogo.
Sin embargo, la indiferencia de todo un año puede derivar en una Navidad catastrófica desde un punto de vista emocional. Y es que, muchas parejas se aburren al estar juntas porque sienten que son muy diferentes y que en realidad no se conocen.