La convivencia es un ingrediente que puede formar parte de una relación de pareja. Sin embargo, existen diferentes formas de gestionar esta expectativa. A continuación, presentamos cuatro ejemplos al respecto.
1. Parejas que conviven durante el fin de semana
Algunas parejas quieren encontrar un equilibrio entre la soledad y la compañía en la vivienda. Desean disfrutar de su propia independencia, pero, también, sentir la magia de encuentros inolvidables.
2. Parejas LAT en la sociedad actual
Existe otro fenómeno que crece en el ámbito sentimental: las parejas LAT son aquellas que mantienen un vínculo sentimental estable, pero la fortaleza del lazo no se materializa en un proyecto de convivencia en el mismo hogar. Disfrutan de momentos compartidos en el domicilio de uno u otro, pero no tienen la expectativa próxima de decorar una casa en común.
3. Parejas que conviven antes o después de casarse
El deseo de convivir en común también plantea numerosas reflexiones en torno al momento en el que dar el paso de disfrutar de la nueva etapa. Pues bien, destaca el ejemplo de aquellas personas que quieren vivir este periodo antes de casarse. En otros casos, el instante de la convivencia se pospone hasta el momento en el que el “sí quiero” se ha materializado en la relación.
4. Parejas que conviven con otros familiares
Cada hogar es el reflejo de una historia única y de circunstancias que son específicas de ese espacio. Las circunstancias, de hecho, también pueden influir en el tipo de convivencia. A veces, las parejas comparten la vivienda con otros seres queridos como, por ejemplo, la madre o el padre (de uno de los miembros de la relación).
También destaca el ejemplo de aquellas parejas a distancia que no conviven en la actualidad, pero visualizan el momento en el que ese escenario sea posible en la práctica.