Cuando una persona realiza un ejercicio de balance de las experiencias vividas en los últimos años, adquiere una perspectiva que le permite observar este periodo desde el presente. Este desarrollo personal es individual, pero también puede compartirse en pareja cuando ambos tienen este mismo propósito.
1. Vivir la belleza de cada etapa
En una historia de amor existen distintas etapas que se suceden al ritmo de la propia vida. Evolucionar significa aprender y avanzar. Si una pareja se queda estancada en un capítulo previo, no está escribiendo la página del libro del presente.
2. Una persona cambia por decisión propia
La aceptación es importante en el amor y en la amistad, sin embargo, gran parte del sufrimiento generado en un vínculo sentimental está relacionado con la ruptura de expectativas. Expectativas que uno mismo ha depositado en el otro.
Quienes han evolucionado juntos como pareja no solo observan las virtudes propias y ajenas, sino que también comprenden sus limitaciones.
3. Compañía
Existe una soledad muy profunda: aquella que se produce en un vínculo en el que no existe confianza o en donde existen muchos silencios que ocultan cuestiones pendientes de resolver. Dos personas evolucionan cuando fluyen con el conocimiento mutuo al ritmo de cada nueva etapa vital. Una compañía que se fortalece con la calidad del tiempo, la comunicación y el deseo de seguir alimentando este proyecto de vida en común. Una aventura que tiene un significado para ambos.
4. Empezar de nuevo cada día
Cada nuevo día es una continuación del relato previo, pero en toda rutina en la que existe una evolución también hay espacio para la reflexión en torno a los objetivos comunes, las conversaciones profundas, la toma de decisiones y el deseo de ser felices. Cada nuevo día es una oportunidad para demostrar el amor y sentirlo.
Cuatro consejos para evolucionar juntos como pareja alimentando el proyecto compartido en común.