A veces ocurre que una persona toma conciencia de la frialdad de algunos de sus vínculos sociales cuando ya ha pasado el tiempo y echa de menos la proximidad de esos encuentros. Existen causas que producen distancia en las relaciones pero estos factores son totalmente evitables. ¿Cuáles son esas posibles circunstancias?
Distancia geográfica
La circunstancia de los kilómetros y el hecho de vivir en dos lugares distintos sí supone, en muchos casos, un final paulatino de amistades que todavía tienen mucho que decirse. Sin embargo, la distancia se percibe como un obstáculo en una rutina marcada por la inmediatez y la prisa. ¿Por qué es evitable esta causa de distanciamiento? Actualmente, dispones de muchos recursos de comunicación, además de la carta tradicional, para hablar con esa persona.
Inicio de una nueva etapa
Estos principios de ciclo, por ejemplo, el inicio de la universidad, el comienzo de la vida laboral, un cambio de ciudad u otros factores pueden hacer que, en este proceso de adaptación, la persona centre toda su energía en ese ciclo inmediato y deje en un segundo plano algunas de sus amistades.
¿Cómo evitar que esto ocurra? Haz partícipes a aquellos amigos que son importantes para ti de las novedades de esta nueva etapa.
Llegada de nuevos amigos
La ilusión por la llegada de nuevas personas puede hacer que esa emoción eclipse la motivación por los encuentros con otras personas. Sin embargo, hay tiempo para disfrutar del factor sorpresa y, también, de ese entorno de siempre donde te sientes como en casa.
Comodidad
Una actitud que es la consecuencia de dar por hecho que una amistad siempre está ahí una vez que ha sido construida. Sin embargo, incluso las amistades sólidas pueden llegar a su fin si no se cultivan durante mucho tiempo.
¿Cómo puedes intentar que esto no ocurra? Observa tus relaciones personales desde la perspectiva de un constante comienzo en donde el presente es lo que más importa.