El desamor es una experiencia desagradable pero no siempre este sentimiento resulta igual de dramático. Cuando tus ilusiones se han roto en una fase inicial, estás mucho más fuerte que cuando entregaste tu corazón completamente a la otra persona. ¿Cómo reírte de ti mismo?
Haz otra lectura de la historia
Cuando una persona entra en la fase del desamor, a nivel racional, es mucho más objetiva que cuando estaba subida en una nube, fruto de la emoción de los primeros meses. Una historia analizada racionalmente, convierte en anécdotas de humor ciertos detalles tremendamente cursis de los enamorados.
Películas de cine
Existen películas de cine que son especialmente divertidas en un momento de desamor, El Diario de Bridget Jones o No sos vos soy yo son dos claros ejemplos de desesperación en la soltería que llevada al extremo presenta situaciones cómicas y divertidas con las que el espectador también puede sentirse identificado en ciertos momentos.
Comparte la historia
Comparte la historia con otras personas de confianza. En un contexto de ese tipo, los interlocutores acostumbran a compartir anécdotas similares a las que vive en ese momento el afectado por un desamor. Ver que otras personas han pasado por situaciones muy similares puede ayudarte a darte cuenta de que nada es tan grave como para no tomarlo con la dosis de una sonrisa (aunque sea leve). Y aunque esa sonrisa, en ocasiones, se vea interrupida por el llanto.
Un desamor es como una tragicomedia en la que hay momentos de lágrimas y otros de risas. Y es que, nada es tan saludable como aprender a reírte de ti mismo para no tomarte todo tan en serio. Ningún desamor es una excusa para paralizar tu vida ya que el tiempo avanza.