El carisma es una cualidad muy positiva en la amistad, es esa luz que desprende una persona que fomenta las habilidades sociales con naturalidad. Aunque en algunas personas el carisma parece algo innato, la realidad es que puede practicarse a través de la experiencia. ¿Cómo lograr la meta de ser una persona carismática en las relaciones sociales?
Tomar la iniciativa en los planes
Las personas con carisma aprovechan su tiempo, son decididas, toman la iniciativa para organizar planes con amigos y familiares. En definitiva, a las personas con carisma les gusta compartir su vida con los demás. Para ello, proponen planes y organizan actividades con las que aportan cosas buenas a la vida de los otros.
No confundir el carisma con el ego
Una persona que tiene ego puede resultar carismática en la superficie, en la apariencia, durante un primer momento. Sin embargo, no lo es en el fondo. El verdadero carisma surge de la humildad y del respeto a la libertad del otro. Por ejemplo, una persona con carisma no se pone a la defensiva cuando un amigo rechaza un plan. No vive condicionada por la búsqueda de la aprobación externa o por el miedo a la soledad. Una persona con carisma es autónoma en la gestión del tiempo y disfruta de planes en solitario, es decir, no queda a la expectativa de poder compartir una rutina con alguien en todo momento.
Aprender a escuchar
No hay nada que guste tanto a los amigos como sentirse escuchados. Por tanto, para desarrollar tu carisma aprende a dar el espacio que merece cada persona. Dar espacio a cada ser humano, comprendiendo su historia y dando importancia a aquello que le afecta.
Conecta con tu niño interior
El niño interior vuelve a latir en ti a través del sentido del humor. Por tanto, ten una actitud optmista en la amistad. Vive esta esfera de tu vida como un regalo de ilusión.