Existen formas de maltrato que en ocasiones pueden pasar más desapercibidas y, sin embargo, muestran una forma de control que el agresor ejerce sobre la víctima. En el contexto de la economía familiar, la violencia económica es una de las más dañínas para la mujer (generalmente es quien sufre este tipo de daño). ¿En qué consiste la violencia económica? En la gestión del dinero hace del hombre, haciéndose cargo de todos los ingresos mensuales que entran en la casa y administrando de una forma poco justa y equitativa esos bienes. Existen ejemplos concretos de violencia económica que pueden ayudar a visualizar mejor esta situación.
Ejemplos de violencia económica
Por ejemplo, el agresor pide explicaciones constantes a la víctima sobre aquello que hace, cuánto dinero ha gastado y qué ha comprado. Desde esta perspectiva, la víctima se siente poco libre al ser totalmente controlada por su pareja. Por otra parte, la violencia también se ejerce al restringir posibles gastos que son importantes para la víctima y que, sin embargo, el agresor considera como inútiles. Esto ocurre cuando la mujer desearía estudiar y formarse, sin embargo, no tiene posibilidades de hacerlo porque el agresor le priva de los medios para hacerlo.
Conviene puntualizar que existen distintos perfiles de maltratador económico. Un caso es el de quien considera que por el hecho de ganar mayor sueldo que su pareja tiene más derecho a gestionar la economía doméstica bajo su único criterio. Pero también existe el perfil de quien vive del trabajo de su pareja y aún así, gestiona todo lo que ella ingresa en el hogar.
Relación de dependencia en la pareja
A partir de esta forma de comportamiento se deriva una dependencia en la relación de pareja puesto que la víctima debe pedir permiso para todo. Una forma de violencia económica frecuente en el caso de aquellas parejas en las que la mujer ejerce como ama de casa es que él infravalora todo el trabajo de las tareas del hogar.