Muchas veces, se afirma de un modo general que el amor enriquece la vida de las personas a nivel personal. Sin embargo, esta afirmación tiene muchos matices porque el amor tóxico afecta a la autoestima, se convierte en una especie de adicción marcada por el apego, aporta tristeza y sufrimiento. ¿Cómo diferenciar el amor sano de una relación tóxica?
Existe reciprocidad y equilibrio
En el amor sano, notas que la relación fluye de un modo natural porque ambos ponéis de vuestra parte para que así sea. Por el contrario, en una relación tóxica se tiene la sensación de que hay que salvar un montón de obstáculos en una semana porque en solo siete días la historia da giros inesperados y con cierto tinte de dramatismo. En el amor tóxico todo, tanto lo bueno como lo malo, se vive intensamente, al extremo.
Te sientes cuidado
Mientras que en el amor tóxico, existen muchos momentos en los que te sientes en peligro emocional por la angustia que vives en tantos instantes, por el contrario, en el amor sano te sientes cuidado, valorado y respetado por la persona que forma parte de tu vida y que te quiere.
Tu entorno te ve feliz
Es muy difícil disimular la infelicidad ante los demás. Incluso aquellas parejas que quieren mostrar una imagen perfecta ante los demás, tienen síntomas de sufrimiento que es imposible reprimir. Cuando alguien sufre un amor tóxico, lo más probable es que familiares y amigos de su entorno muestren su preocupación y ofrezcan sus consejos. Por el contrario, cuando existe un amor positivo, el entorno más cercano muestra la alegría porque así sea.
El amor tóxico duele de un modo casi crónico, es como una cadena. Por el contrario, el amor sano aporta gozo y libertad. Estos puntos pueden ayudarte a diferenciar entre una relación con proyección de futuro y la cárcel del amor.