Las historias de amor serían más bonitas si las parejas cuidasen con la misma intensidad el final que el inicio de la misma. Evidentemente, por el propio contexto y por lo que implica vivir una decepción sentimental, es difícil mantener el mismo nivel de cuidado. Sin embargo, sí es posible decir adiós sin hacer más daño del imprescindible no solo al otro, sino también, a uno mismo. ¿Cómo conseguirlo?
Acepta la situación cuanto antes
Si la decisión la ha tomado tu pareja, escucha sus sentimientos, respeta su palabra, y no sigas insistiendo porque nadie manda en el corazón ajeno. Los sentimientos no se crean por pura insistencia. Al final de una historia de amor, intenta no enfocarte solo en el desenlace, sino también, en el principio. De este modo, si recuerdas de algún modo aquellos días de ensueño, te resultará más fácil estar a la altura de las circunstancias de tu propio romance.
No le critiques ante terceros
Habla con algún amigo de confianza sobre todo aquello que consideres necesario para desahogarte. Sin embargo, no conviertas esta actitud en un modo de ser frente a la ruptura. Piensa que cada vez que criticas a esa persona en el presente, puede que te arrepientas en el futuro cuando el nivel de emoción y resentimiento bajen y tengas un mayor control mental de la situación.
Agradece el tiempo compartido
No es incompatible decir adiós con el gesto de expresar, mirando a los ojos, algunos de los detalles por lo que te quedas con el lado bueno de esta historia. Es posible que una relación haya sido tan negativa que no te apetezca dar este paso, pero entonces, haz tu vida, céntrate en ti. Pero no sigas enganchado mentalmente a aquello que hace tu ex.
Se gregan muchas cosas mas:
No afectar los hijos poniéndolos en contra del otro ni dándole razones de porque se termina.
No darse culpa de porque están asi, ya se llego a esa situación, culpar no sirve de nada.
Llorar y tener miedo es humano, pero hacer dramas llorándole a la pareja empeora las cosas y crea sentimientos de lastima eso haría que tu pareja se quede contigo sin amar, solo por no verte llorar. comunica el dolor, pero evita los dramas y conversaciones largas sin resultado.
No dejes que la familia se involucre en opiniones y forzando su regreso, esto crea un ambiente de no vivir.
si: apóyense uno al otro anque uno de los dos no quiera darlo por terminado si no se ve solución lo mejor es que se apoyen en una salida comprensible.