Existe un ingrediente que es especialmente importante en el carisma: la autenticidad. Seguro que conoces a alguna persona en tu entorno a la que admiras precisamente por tener la actitud natural de ser ella misma allí donde esté. Una personalidad que proyecta un sentido muy positivo de la libertad en tanto que no se preocupa en exceso por el qué dirán. Nuestras relaciones personales mejoran cuando no intentamos ser distintos sino que, partiendo de aquello que nos hace únicos, confiamos en que habrá personas con las que conectamos de verdad. Esas personas son los amigos.
Existen distintos grados de conexión emocional pero en cualquier tipo de vínculo, también en el laboral, la autenticidad te hace brillar. Y sin embargo, existen factores en contra que pueden alterar nuestra naturalidad: el estrés del día a día, el agotamiento psicológico, el deseo de querer agradar a todos, la superficialidad en las relaciones personales, el miedo a la soledad…
Cómo ser una persona auténtica
Intenta fijarte en esas personas de tu entorno a quienes admiras por tener esta actitud ante la vida. Anota qué comportamientos valoras de verdad y te gustaría tener. En ese caso, puedes tomar el ejemplo de esas personas como un referente para poder emular ese modo de ser. El aprendizaje social parte de la premisa de que todo ser humano puede aprender a partir de su propia experiencia de vida pero también puede aprender de los demás a través de la observación.
Qué es aquello que te hace único
Te resultará más fácil potenciar tu autenticidad y tu carisma si identificas aquello que te hace único. ¿Qué es lo que te diferencia de los demás? Esto también te hará tomar conciencia de cuánto puedes aportar a los demás. Y desde esta perspectiva, tus relaciones de amistad serán más sólidas.