¿Amor o enamoramiento caprichoso?


¿Amor o enamoramiento caprichoso? En más de una ocasión y de una forma natural, especialmente, en ciertas etapas de la vida, se confunde el amor con el enamoramiento caprichoso. Así sucede, especialmente, en la adolescencia y en los primeros años de la juventud. Por supuesto, la voluntad también se vuelve caprichosa ante el poder de seducción de una tentación tan dulce como un amor que en ocasiones, es aparente. Así sucede cuando el enamoramiento se convierte en un espejismo que dura menos de dos meses, que a pesar de su impulso inicial se apaga con la misma rapidez y el protagonista no sufre por ello. De hecho, muchas veces, alguien es consciente de que ha vivido un enamoramiento caprichoso porque se desenamora, precisamente, porque se ha fijado en alguien diferente.

Son amores que no tienen consistencia, ni entidad, en definitiva, no están sustentados por una base real, por ello, ante el primer obstáculo, la historia se viene abajo. En cambio, en el amor verdadero, la voluntad se muestra luchadora y peleona desde un punto de vista positivo. El enamoramiento caprichoso se produce también, cuando una persona confunde el amor con la necesidad. Enamorarte no significa sentir lo que tú quieres, sino sentir amor sin quererlo y sin proponértelo al margen de tu voluntad. Por ello, cobra tanta fuerza la idea de que te enamoras de verdad cuando menos te lo esperas.

Las personas especialmente seductoras son las que tienen más tendencia a ser caprichosas en el amor. Tanto que su interés decae cuando ya han conseguido a su nueva conquista. El enamoramiento caprichoso, puede venir a mostrar un vacío interior, un deseo de salir de la rutina, carencias emocionales, o también puede reflejar el modo de ser de una persona enamoradiza. Se trata de una experiencia de la que también se puede aprender puesto que el primer paso para saber qué es el amor, es analizar, aquello que no lo es.

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