Amar y no ser correspondido


Existe una realidad posible y amarga: la de querer a alguien y no ser correspondido de la misma forma. Existen muchas formas posibles de desamor. Alguien puede tener interés en una persona que le ignora por completo. También es posible que alguien se haya enamorado de su mejor amigo. Nunca la amistad duele tanto como cuando una de las partes desea tener algo más. Desde un punto de vista emocional, el amor solo puede considerarse tal cuando es correspondido porque una historia es cosa de dos. Pero quien está enamorado y sufre por no poder tener cerca a la persona que quiere sufre los efectos más amargos del desamor vivido en soledad. Es la soledad de una historia más soñada que real. ¿Qué hacer en una situación así?

Acepta la realidad tal y como es

Por mucho dolor que cause la realidad siempre hace más daño huir de ella. En algún punto del camino la persona tiene que asumir su realidad para poder avanzar. En caso de no hacerlo se produce un estancamiento que es muy negativo para quien no se permite conocer a más personas por estar enganchado algo que no va a pasar nunca. La falsas ilusiones son las grandes enemigas en un amor no correspondido.

Y además, el entorno más cercano también tiene que tener mucho cuidado a la hora de no alimentar las falsas expectativas de otra persona con comentarios que pueden aliviar su dolor de una forma puntual pero que son una trampa mortal a largo plazo.

Vive tu tristeza

El amor no correspondido causa dolor. Y como tal es conveniente vivir ese dolor interno para curar las heridas del alma. Rodéate de tus amigos. Comparte tu historia con ellos porque hablar del tema te hará bien. Busca la tranquilidad. No tengas prisa por volver a enamorarte porque eso pasará cuando menos te lo esperes.

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