Por fin, habéis puesto fecha para el día de vuestra boda y, ¿ahora qué? Actualmente muchas parejas ven como un verdadero problema empezar a organizar su boda, principalmente por las cargas financieras. Pagar cantidades elevadas por un día de celebración puede convertirse en un verdadero problema. Lo creas o no si os planificáis bien, disfrutar de vuestro día rodeados de vuestros seres más queridos no tiene por qué suponer un gasto impresionante.
En primer lugar, debéis empezar a pensar en las personas que conocéis: amigos decoradores, fotógrafos, estilistas… seguro que su ayuda os permite ahorraros bastante dinero. Olvidaros de contratar los servicios de restauración y unos fotógrafos carísimos. Con una simple llamada telefónica, seguro que alguno de tus amigos te echa una mano.
En vez de planificar una boda multitudinaria, pensad en organizar una pequeña reunión familiar. Si en vuestra casa no tenéis suficiente espacio, seguro que algún familiar os presta esa casa tan bien situada que tiene en el campo. Recordad que, al fin y al cabo, ese día querréis estar en un sitio acogedor rodeados de la gente que os quiere. Deberéis calcular el número de invitados, ya que, cuantos menos invitados sean menos gastos tendréis.
Lo mejor es que realicéis una lista de invitados y comencéis tachando a las personas que hace más de cinco años que no veis. Invitar a gente que hace demasiado tiempo que no veis puede ser más problemático, ya que además del gasto, tendréis que estar muy pendientes de si están a gusto o no. Posteriormente, revisar el tema de las invitaciones. Algunas imprentas online tienen muy buenas ofertas y os permitirán ahorraros un montón de dinero.