El inicio de una relación es especialmente significativo. Sin embargo, en ocasiones la relación no prospera en positivo, porque su comienzo ya está deteriorado. ¿Cuáles son las tres situaciones negativas frecuentes en esta etapa?
Expectativas desmedidas de recibir
Como consecuencia de la inseguridad o posibles carencias afectivas, una persona puede tener un deseo de recibir cariño de un modo tan infinito, que finalmente, nada cubre sus expectativas, todo parece imperfecto ante ese umbral tan alto de exigencia personal. Esta actitud es negativa porque puede cerrar las puertas incluso de una potencial relación feliz en la que todo funciona de un modo positivo, sin embargo, ante esa perspectiva de negatividad, esta actitud rompe con la buena suerte del vínculo.
Desmotivación antes de comenzar
Otra situación también relativamente frecuente es aquella experiencia de quienes se ilusinan pero esta ilusión tiene un efecto gaseosa. Es decir, después de la euforia del primer momento, llegan las dudas y los miedos. Y esto mata el sentimiento. De este modo, la persona se desmotiva antes de implicarse en esa historia. En ocasiones, la evitación de la implicación afectiva en una nueva historia muestra un miedo más profundo de temor al compromiso real y que esa historia no sea como se esperaba en el plano ideal. Es decir, esta forma de actitud es un aparente mecanismo de defensa del que la persona no siempre es consciente.
Una huida para olvidar al ex
A veces, también ocurre que una persona inicia una nueva relación con el deseo de pasar página definitiva del pasado y olvidar a su ex. Sin embago, generalmente este tipo de historia conduce a un sufrimiento doble al vivir una nueva derrota sentimental, sintiendo cómo aumenta la nostalgia del pasado. En algunos casos, una nueva relación también es una excusa para dar celos al ex.