Existen sentimientos que se enfrían como consecuencia de la indiferencia en la pareja, una temporada llena de conflictos, el estrés del trabajo o cualquier otro tipo de circunstancia. Sin embargo, existe una gran diferencia entre un amor que ha muerto y un sentimiento dormido. Cuando sientes que el amor se ha enfriado y te das cuenta a tiempo, estás en el momento oportuno para tomar conciencia, hacer cambios y mejorar tu actitud para trabajar tu relación de pareja y dedicarle atención y cariño.
Tu pareja es tu prioridad
En una situación así, tu pareja se convierte en tu prioridad. Dedica más tiempo a los planes románticos en tu tiempo de ocio. Ten más detalles, por ejemplo, puedes hacerle un regalo un día cualquiera, acudir a esperarle a la salida de la oficina por sorpresa, darle más protagonismo en vuestras conversaciones… Haz que tu pareja se sienta especial para ti. Existen gestos muy sencillos para lograrlo y a través del lenguaje corporal es posible expresar amor, por ejemplo, a través de un beso.
Intenta reducir el número de discusiones de pareja. No se trata de no discutir nunca sino de no tener una disputa por cualquier tontería. Piensa qué es más importante para ti, si el orgullo o tu pareja.
Mira hacia adelante
Las personas que viven una etapa de crisis tienden a analizar mucho las situaciones en función del contexto en el que están. Sin embargo, mira hacia adelante. Evita la tentación de añorar la primera etapa de vuestro noviazgo porque por mucho que te empeñes es imposible volver a atrás y aquellas parejas que persiguen este imposible caen en su propia trampa. Cada etapa tiene sus fases y es un error pretender vivir el amor adolescente a los cuarenta años.