Existe un momento que produce dolor: ese instante en el que te das cuenta de que la persona que te interesa, no tiene la misma reciprocidad hacia ti. Sin embargo, este dolor es más intenso cuanto más tiempo has tardado en abrir los ojos y darte cuenta de la realidad. Por ello, cuanto antes compruebes si la persona que te gusta tiene interés o no en ti, mejor para ti y para tu nivel de felicidad.
¿Cómo lograr este objetivo? Dejando de lado la timidez y el miedo al rechazo para apostar por la valentía de tomar la iniciativa tú en los planes. De este modo, también podrás comprobar si la otra persona tiene ganas de hacer planes contigo, o por el contrario, busca excusas para no implicarse más. Deja de lado el orgullo y arriesga, simplemente, porque por tu propio bienestar, te sentirás mejor sabiendo la verdad cuanto antes.
Por otra parte, la balanza tampoco está equilibrada cuando siempre es la misma persona la que toma la iniciativa de llamar por teléfono o de enviar un mensaje de texto. La verdad es que mereces estar con alguien que sabe valorarte de verdad y no con una persona que se comporta como si tuvieses que hacer méritos cada día para poder llegar a ella. El amor no es una prueba, sino que el cariño se da de una forma desinteresada y generosa.
El amor correspondido se observa y se analiza a través de la experiencia. Si tu sensación interna siempre es la de quedarte con tristeza, sentir decepción y dolor porque notas que das más de lo que recibes, o estás cansado porque tienes la sensación de estar tirando de un carro, entonces, escucha esa emoción porque no está allí por causalidad. La emoción surge precisamente de la propia realidad. Y cuanto más te niegas a aceptarla, más alargas una historia de una forma innecesaria. Por supuesto, también puedes descubrir si tiene o no interés de una forma más clara y directa: preguntando. Pero a veces, observando con objetividad los hechos, es más que suficiente para evitar el autoengaño.