El amor es fantástico, sin embargo, existen situaciones que pueden volverse en contra de aquel que, por ejemplo, se enamora de la persona equivocada o de un objetivo imposible. Para buscar pareja, en primer lugar, debes ser realista a la hora de analizar qué posibilidades tienes con la otra persona. Dichas posibilidades las marca la propia realidad, por ello, debes observar.
Debes analizar cómo se comporta el otro contigo. Si actúa desde la indiferencia y no tiene muestras de interés, entonces, es mejor que siguas con tu vida. Evita enamorarte hasta el límite de alguien que no te corresponde. Es verdad que el sentimiento no se puede controlar al cien por cien, sin embargo, sí puedes influir en él a través de la razón.
El corazón muchas veces, te lleva a ser idealista, a creer que todo es posible y que cualquier meta es alcanzable. La mente, por el contrario, te hace ser realista para descubrir las cosas tal y como son. Lo cierto es que serás mucho más feliz en la medida en que te permites analizar una situación con objetividad, aceptarla, asumirla y no hacer dramas.
¿Cómo puedes ser más realista? En primer lugar, madurando. Es decir, en la adolescencia por ejemplo, se tienen actitudes que son poco positivas a los veinte años. Toma la experiencia del pasado como una escuela de aprendizaje en el amor. Por otra parte, no centres toda tu vida en la persona que te interesa. No te obsesiones con el tema. Haz planes con tus amigos, sigue con tus proyectos profesionales, haz cursos, ten iniciativas nuevas… Nadie tiene que detener su vida por un amor. Cuando estás centrando toda tu energía en una persona eres idealista.
Una cosa es ser optimista y otra muy diferente, tener los pies alejados de la realidad. Cuanto más te alejes, más fácil es sufrir una gran decepción y frustración.