Hay muchas maneras de agradar a las personas que amamos, sobre todo a nuestra pareja. Quizá la ajetreada y cómoda vida de hoy en día protagonizamos, nos lleva a pensar que las cosas más fáciles como regalos caros o momentos de emoción extrema en viajes y paseos, sean lo que más lleguen al corazón. Es cierto que pueden resultar una prueba de que es importante para nosotros, pero las cosas que realmente motivan el corazón no son realmente tangibles.
Las cosas no tangibles, la mayoría de las veces, se graban en la memoria como recuerdos entrañables. Hacer algo por la pareja cuando nos necesita, ayudarle a sobrellevar el estrés laboral, etc., no tiene por qué implicar algo sexual, sino un “descansa que me ocupo de todo”. Él o ella sentirán que están al lado de una persona que le comprende.
Los mimos en la enfermedad, es algo que se recuerda siempre, porque en esos momentos uno suele estar mucho más vulnerable. Tu presencia le recuerda que cuando se sienta mal contará contigo de la misma manera que cuando está sin ningún problema. Otro momento importante es el del consuelo en la adversidad.
Aunque todo mundo espera que su pareja le apoye en los momentos buenos y en lo malos, no todo el mundo sabe estar a la altura. Esto se produce cuando la otra parte es egoísta y no piensa en su pareja tanto como debería pensar. Apoyar a la otra persona cuando todo parece venirse abajo, es una forma de recordarle lo importante que es para ti y que no le abandonarás ni cuando todo su mundo parece abandonarle.