El amor correspondido es un deseo inherente en el corazón de cualquier persona que se enamora de otra. Pero en el camino hacia la verdad, existe un periodo de dudas que puede ser más o menos largo dependiendo del proceso de espera. La realidad es que yo pienso que es insano a nivel emocional estar a la espera de la otra persona durante meses o años.
Sencillamente, porque tal vez le estás idealizando o porque si el otro no se ha dado cuenta de tu valor, debes mirar hacia otra parte. Existen enredos emocionales en los que, a veces, nosotros somos nuestros peores enemigos. Uno de los peores enredos es el de dejar pasar una oportunidad presente por seguir enganchado a una historia pasada. La realidad es que aquello que fue ya pasó y tal vez por miedo, te niegas a asumir que puedes tener delante de ti a esa persona que de verdad te hará feliz.
La margarita representa de forma metafórica la duda que siempre surge en el amor. La duda de saber si tú estás empezando a sentir algo cuando no sabes si al otro le está pasando o no lo mismo. ¿Cómo saberlo? No es tan fácil porque la realidad es que las personas tímidas, por ejemplo, tienden a ocultar en la medida de lo posible aquello que sienten hasta no estar seguras de que existe algo al otro lado.
Al final, lo mejor es asumir que todo amor implica un riesgo. Yo estoy convencida de que si alguien tiene interés en ti de verdad, te lo hará saber. No sé cómo, ni cuándo, ni dónde pero no creo que alguien que siente algo importante lo deje pasar sin más ni más. Y si lo hace, entonces eso significa que no te valora lo suficiente.