Los celos son una emoción humana que todos instintivamente experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Los celos pueden sentirse por diferentes motivos: por el deseo amoroso hacia una persona o por envidia. Tomados en un contexto amoroso, estos pueden surgir como respuesta a una amenaza por parte de otra persona en la pareja pero ¿esa amenaza existe realmente?
Esta sensación tan desagradable puede llevar a una persona a tener dudas en su relación de pareja ya que se pueden sentir amenazadas por la interacción con ciertas personas. Se trata de un miedo que se debería perder. Existen diferentes tipos de celos. Los más “light” son los denominados celos sanos.
Estos celos no indican necesariamente una connotación negativa en todos los casos. Después de todo, es muy natural para los hombres y las mujeres, ser protectores y posesivos con las cosas que les gustan. En una relación, cuando los sentimientos de celos son leves y ocasionales, sirven para recordar que se está enamorado y que la llama de la pasión sigue encendida. Los celos contrarios a estos son los destructivos.
Estos celos son desproporcionados, intensos e irracionales. La obsesión hace que se comience a cuestionar la lealtad de la pareja y todas las acciones que realiza con otras personas producen una rabia cegadora. Al no controlar los celos, se irá dañando la relación y se irá perdiendo la unidad de la pareja. No te dejes dominar por estos celos ya que pueden sacar de ti tu lado más violento y llegar a hacer que maltrates a tu pareja.