Todo el mundo ha necesitado alguna vez un consejo para su vida de pareja. Los problemas se solucionan mejor si pedimos orientación a nuestros seres queridos. Te damos algunos consejos para ser un buen consejero.
Asume la responsabilidad de que cada palabra es importante y que abre las puertas a poder resolver su problema. Sé muy respetuoso y claro con lo que dices porque cuando te piden consejo es para aportar soluciones basadas desde tu experiencia o simplemente otro punto de vista.
Es muy importante aprender a escuchar, ya que eso te permitirá interiorizar el problema del otro y poder dar mejores consejos. Antes de hablar piensa quién va a recibir tu consejo. A veces hay verdades que duelen, investiga si está en condiciones mentales de recibir y aceptar tu consejo. La respuesta puede entenderse con diferentes matices. Sin embargo, procura poder brindarle un consejo sin perjudicarlo ni herirlo.
Será vital poder empatizar o ponerte en la piel del otro. Procura tener una actitud positiva y abierta. No puedes dar un consejo si antes no te has puesto en el lugar del otro para entender cómo se siente o lo que quiere. De nada servirá un consejo que no tenga relación con la realidad singular de quien lo reciba.
Evita siempre que puedas los juicios de valor. No olvides que te han pedido consejos, no que seas el juez de la situación. Analiza las posibilidades de que el caso se pueda resolver con tu consejo. Pero ser un buen consejero supone hacer un seguimiento y ayudar al otro para que realice un análisis de las ventajas y desventajas de la situación. Seguro que habrá aprendido una lección importante que le ayudará a ser más fuerte en la vida.