La amistad evoluciona a lo largo de la vida. Durante la infancia y la adolescencia, el tiempo compartido con amigos ocupa gran parte de la rutina de quienes se encuentran en esta etapa. Después de los 30, los compromisos profesionales y otras circunstancias personales transforman el mapa de la amistad, aunque no lo haga en lo esencial. ¿Cómo disfrutar de la amistad después de los 30?
1. Más iniciativa
Las circunstancias cambian, el estilo de vida también evoluciona en esta etapa. Si comparas el presente con el pasado, tal vez te enfoques en el plano de las excusas que te alejan del verdadero potencial de la amistad. Potencia la iniciativa en el contacto y en la comunicación.
2. Amistades que evolucionan
Algunas amistades de etapas previas tal vez no evolucionen más allá de este periodo mientras que otras personas seguirán acompañándote también ahora. Las amistades verdaderas evolucionan también con las nuevas circunstancias. Además de aquellos asuntos urgentes que atiendes en tu agenda semanal, sitúa la amistad en un espacio prioritario en tu vida.
3. Crear rutinas compartidas
Las rutinas aportan felicidad porque personalizan la forma de gestionar el tiempo. Por ello, también puedes crear rutinas compartidas con tus mejores amigos. Tal vez sea un plan que ya realizabais anteriormente o tal vez sea una nueva afición compartida. Tal vez no sea una rutina que podáis compartir todas las semanas, el tiempo compartido es importante pero todavía lo es más la calidad de la experiencia.
Una amistad que te acompaña desde hace muchos años no solo puede alimentarse del pasado, por ello, las conversaciones compartidas en torno al ayer no deben eclipsar aquello que está ocurriendo actualmente en vuestras vidas. ¿Cómo cuidar las amistades después de los 30? Con diálogo y escucha.