Existen señales que pueden malinterpretarse. Tal vez un amigo se comunique menos contigo o quede con menos frecuencia y esto te haya llevado a pensar que prefiere quedar con otras personas. A veces, ocurre. Sin embargo, en otros muchos momentos, esos cambios de comportamiento reflejan algo más profundo: que no está atravesando una buena etapa personal. ¿Qué indicios puedes observar en ese caso?
Cambio de actitud y de carácter
En la medida en la que has tratado a tu amigo, conoces su carácter habitual, las características de su modo de ser y sus hábitos frecuentes. Sin embargo, cuando una persona no se encuentra bien anímicamente, algunos de estos factores cambian. Por ejemplo, alguien muy expresivo y comunicativo puede volverse hermético y reservado.
Alteraciones de humor
La plenitud no es como una línea reacta, sin embargo, lo ideal es aspirar a una estabilidad en el ánimo. Es en el plano de la normalidad donde transcurren las emociones más significativas de la rutina cotidiana. Una euforia que enlaza con un bajón posterior o las actitudes imprevisibles son indicios de que algo ocurre en el mundo interior del protagonista.
Ira acumulada
El malestar no solo puede estar asociado al sentimiento habitual de tristeza, sino también, a la ira. El resentimiento es uno de un ingrediente psicológico que refleja un sufrimiento. Sin embargo, la ira no siempre se expresa de forma exterior, a veces, se reprime. Y, entonces, es más difícil de observar desde el punto de vista exterior.
Actitud derrotista
Cualquier persona tiene días de desánimo, sin embargo, cuando la mentalidad victimista se convierte en la banda sonora habitual de quien está en este pensamiento recurrente, este hecho refleja la propia proyección del malestar exterior que tiene esa persona a nivel interno.
Si observas varios de estos síntomas en tu amigo, es probable que no esté en su mejor momento.