Dudar antes de la boda es una experiencia habitual. Sin embargo, la naturaleza de cada interrogante puede ser diferente. Existen distintos motivos que derivan en esta situación, como veremos a continuación.
1. Responsabilidad ante el compromiso
El «sí quiero» implica una promesa de amor. Es una acción que tiene consecuencias a largo plazo. Por este motivo, el protagonista, consciente del valor que tienen estas palabras, se plantea si está verdaderamente preparado para dar el paso.
2. El peso de las expectativas
Una boda describe el inicio de un nuevo comienzo en la relación. Y esta etapa plantea unas expectativas a la pareja y, también, al entorno próximo. Pero más allá del deseo de ser feliz en la relación, la persona también puede sentir incertidumbre ante aquello que suceda a nivel potencial.
3. Falta de amor
Una boda no solo puede ser la consecuencia de una decisión meditada por ambas partes, sino también el reflejo de un convencionalismo social. Así ocurre cuando alguien se casa porque cree que este es el paso que debe dar a esa edad. Pero, desde esta base previa, es difícil vivir con ilusión la preparación del enlace.
4. Ha ocurrido algo inesperado
Más allá de los planes previstos en la etapa inicial, en el transcurso previo a la boda pueden ocurrir experiencias inesperadas que alteren de forma significativa la visión ante este proyecto de vida. Por ejemplo, quizá uno de los miembros de la pareja se enamore de una tercera persona.
5. Haber ignorado las dudas hasta ese momento
En otras ocasiones, las dudas no surgen de manera inesperada pocos días antes de la boda. Ya estaban allí antes de la fecha oficial del enlace. Sin embargo, el protagonista dejó pasar el tiempo con la expectativa de que estos sentimientos quedasen atrás de manera natural. Pero aquellas emociones que se reprimen necesitan ser expresadas.