La atracción física es algo totalmente natural y humano que surge entre dos personas, más allá de que ambas puedan tener o no pareja. Sentir atracción física o emocional, por alguien diferente a tu pareja no significa que ya no estés enamorado o que haya algo que haya cambiado. En la mayoría de las ocasiones, la atracción queda únicamente en eso, en una sensación agradable que tienes cuando te encuentras con esa persona. Pero nada más, no suele ir más allá en los casos en los que alguien está de verdad enamorado de su pareja, sabe lo qué quiere y no quiere tirar por la borda una historia por una tontería.
Sin embargo, también puede darse la situación contraria: que la atracción sea el inicio de algo más profundo entre dos personas o que esconda algún tipo de interés emocional. En ese caso, la tentación de la infidelidad o el deseo de romper con la pareja puede ser un hecho. Lo importante siempre es ser sincero con uno mismo y con el otro para hacer las cosas hiriendo lo menos posible a los demás.
La atracción física entre dos personas se nota mucho tanto que incluso, puede notarlo la propia pareja. Lo más adecuado, para evitar problemas a largo plazo es no jugar con fuego. Es decir, no dar alas a esa atracción física. Si alguien te atrae pero tienes pareja, entonces, no busques excusas para encontrarte con esa persona, de hecho, en caso de que la atracción sea muy grande, lo mejor puede ser marcar una distancia.
No es maduro romper una relación por una mera atracción física porque a lo largo de la vida, lo normal es que aquellas personas que han compartido muchos años en común, pasen por alguna situación de estas características.