Hagas lo que hagas, a lo largo de la vida vivirás diferentes tipos de relaciones: amistosas, laborales, amorosas… estas relaciones son las que te convierten en un ser social que ha vivido un sinfín de experiencias. Si se analizan con cuidado estas relaciones, podríamos decir que una de las más importantes es la que se mantiene con esa persona que tanto se ama.
Pero ¿Qué es lo que te proporciona una seguridad amorosa en este tipo de relaciones? Las relaciones, en general, deben ser alimentadas pero, como persona poco podrás aportar si tú mismo no te valoras ni te quieres. A menos que aprendas a quererte a ti mismo, será imposible que quieras a tu pareja. Estar a disgusto con uno mismo traerá consecuencias desastrosas a la relación. Si te valoras y tienes bien tu autoestima, el resto de la gente lo notará y estarán encantados de relacionarse contigo.
En segundo lugar, es vital que realmente conozcas y quieras a tu pareja. Esta es la base del mutuo afecto y del amor. El amor no es silencio. Muchas veces hay que expresarlo con las palabras lo que permitirá dar esa confianza a la pareja que, tal vez, le falta.
Si de verdad quieres continuar con la relación, debes invertir tiempo en ella. La comunicación es importantísima en cualquier tipo de relación. Un canal de comunicación abierto y transparente es un indicador de una relación sana. También deberás aprender la importancia de los cambios. Estos se producen con el paso del tiempo. Amóldate a ellos para mantener vivo el amor.