Conforme mayor te haces, más gente conoces. Sin embargo, a veces, el hecho de conocer más gente no es sinónimo de tener más vida social. Los adolescentes, de normal, sólo conocen a su grupo del colegio y, sin embargo, tienen una gran intensidad en los planes. Para tener una vida social intensa es necesario, tener fuerza de voluntad a la hora de mantener los vínculos y compartir tiempo en común con los demás.
En general, el fin de semana es el mejor momento para llevar a cabo este propósito que es saludable desde un punto de vista emocional. Y es que, al estar con los amigos se refuerza la alegría, la ilusión, se comparte, se recuerdan viejos momentos que traen sensaciones agradables, se evita la soledad… Por tanto, hazte el regalo de tener un fin de semana cargado de planes: tomar un café, ir al cine, visitar el teatro, dar un paseo por la nieve, hacer una visita…
Las opciones son infinitas pero de vez en cuando, viene bien recordar nuevamente que la vida no se limita al trabajo sino que las personas son muy importantes y deben cuidarse. De lo contrario, a veces, puede pasar el tiempo sin que dos amigos sepan nada el uno del otro. Es verdad que el correo electrónico, el teléfono o facebook hacen la vida más agradable a la hora de mantener el contacto. Pero para un interés real, se debe optar por planes presenciales.
En la medida en que más integrada está una persona en diferentes grupos de amigos mejor se siente consigo misma. Además, así, tu agenda social es mucho más rica, divertida y variada, por ello, debes aprender a vivir con la certeza de que cuidar de tus amigos puede ser tu mejor apuesta de futuro. No lo dudes.