Existe una situación que puede producir una frustración inicial: la ruptura de expectativas en el amor es un claro ejemplo de proceso emocional doloroso. Una ruptura que puede derivar en el inicio de una nueva etapa puesto que el plan previo de una persona se ha roto. ¿Qué hacer cuando las expectativas están rotas?
Aceptar la realidad tal y como es
El primer paso y uno de los que más cuesta es aceptar la situación tal y como es. Existen personas a las que les cuesta mucho llegar a este punto de realidad. Existen enamorados que incluso cuando saben que no son correspondidos, insisten sin descanso.
Tienen una fe ciega en la posibilidad de que la historia cambie por arte de magia. Es verdad que existen historias interpersonales que cuentan con giros imprevisibles, sin embargo, conviene vivir centrado en la realidad que aporta la evidencia de los hechos.
Esta aceptación de la realidad puede requerir de un tiempo para asimilar lo sucedido, procesar la información e interiorizar las vivencias para hacer una adaptación a la nueva realidad. No existe un tiempo concreto y definido que sea necesario sino que cada persona tiene su propio ritmo.
Es importante puntualizar que este cambio de expectativas, en ocasiones, también puede ser positivo. Existen sorpresas agradables que aportan un sabor dulce al destino.
Iniciar una nueva etapa
Con el final de una etapa, comienza otra diferente. Pero conviene valorar la experiencia adquirida como un tesoro para afrontar nuevas vivencias de una forma más sabia ya que el verdadero valor del conocimiento vital es práctico. Un desamor o una ruptura de expectativas aporta mayor grado de madurez, fortaleza emocional y comprensión.
Para despedir una etapa e iniciar una nueva es muy importante avanzar con la gratitud por todo lo aprendido en la etapa previa. En caso contrario, la frustración puede prolongarse a lo largo del tiempo: no dejes que el pasado contamine tu presente desde un punto de vista emocional.