Aunque muchas personas se comporten como si pudieran controlarlo todo al cien por cien en el amor, la realidad es que el corazón no sólo es libre sino también, imprevisible. Por ello, nadie decide cómo, cuándo, por qué, ni de quién se enamora. Por ello, conviene vivir el momento porque nunca sabes en qué instante tu mundo puede haber cambiado porque te has enamorado locamente de alguien que ha aparecido en tu destino y te ha movido tu mapa emocional. En caso de que tengas pareja, puede que en algún momento te hayas hecho esta pregunta: ¿Por qué te enamoraste de él y no de otra persona distinta?
En realidad, esta pregunta no se puede responder. Desde un punto de vista filosófico el amor no es una elección, sino algo que sucede. Irrumpe en tu vida por causalidad y a partir de allí, no puedes renunciar, sencillamente, porque el amor verdadero es aquel que está más allá de tu voluntad. El amor se convierte en voluntario una vez que ya se ha adoptado un compromiso. Sin embargo, en su fase inicial, nadie decide voluntariamente tener mariposas en el estómago, nervios por verle, cambios en el estado de ánimo… Simplemente, es algo que pasa porque el amor, en tanto que te afecta y no te deja indiferente, también es una pasión.
¿Por qué te enamoraste de él y no de otra persona? Esta pregunta es una de las que refleja el lado más misterioso del amor. En la mayoría de los casos, las preguntas que de verdad tocan al corazón del ser humano no tienen un respuesta clara al más puro estilo de una ecuación matemática. Lo que sí suele suceder es que con el paso de los años, cuando las parejas ya se han desencantado mutuamente, no comprenden cómo pudieron llegar a enamorarse.