Cuando sueñas con el verdadero amor guardas en el corazón la idea de entrega total. Sin embargo, esta dedicación absoluta hacia la otra persona no debe dejarte “sin aliento”: tú también necesitas “tu espacio propio”.
El día tiene muchas horas que, bien repartidas, brindan la oportunidad de realizar gran cantidad de actividades ¡Eso sí, se requiere de una excelente organización y disponer de la suficiente autonomía para no dejarse arrastrar por otras propuestas que vemos menos interesantes! Y lo más importante: No se trata de compartir el tiempo que tienes al 100% con la pareja amada… Un respiro de independencia nunca viene mal.
Existen perfiles psicológicos en individuos que persiguen aislar a su pareja del resto de la sociedad, tal vez porque tras ese comportamiento se escondan inseguridades. Huye de este tipo de personas que obstaculizan tu crecimiento personal y hasta te pueden llegar a hacer creer “cosas sobre tu personalidad” que son erróneas.
El amor, bien entendido, implica el disfrute de la libertad individual en su máxima expresión. A través de canales de comunicación fluidos se puede llegar hacer ver a la otra persona de la necesidad de alejarse un poco de la relación de tal modo que ésta progrese sin apegos. Por tanto es aconsejable, observar con detenimiento desde fuera los fracasos y éxitos de la pareja… Un análisis que te ayudará a nutrir los aspectos más débiles y mantener los fuertes.
Así que te proponemos que prepares tres listas… Una con proyectos que deseas poner en marcha en solitario. Otra con actividades que requieran de la compañía de amigos o familiares… Y finalmente, una relación de cosas que quieres compartir con tu pareja. Seguro que aprenderás a “encontrarte a ti mismo” y estarás más contento gracias a esta planificación.