Las cuatro características de una pareja sana


Existen formas más o menos saludables de amar. No todas las relaciones son igual de gratificantes aunque no todos los protagonistas de una historia de amor se animen a reconocerlo. Aquí tienes los cuatro rasgos de una pareja estable y feliz:

En primer lugar, es una relación en la que hay mucha comunicación, en vez de dar las cosas por supuestas, se dicen y se hablan. Por ello, se establece un diálogo cargado de empatía y de respeto. Desde esta postura, es más fácil entender la posición del otro y también, ser generoso a la hora de ceder. Por supuesto, la comunicación puede entrenarse día a día, por ello, nunca es tarde para empezar a expresar los sentimientos mejor.

Otro rasgo de una pareja estable es la sinceridad. Una relación sin verdad en la que se oculta algo importante al otro, no va a ninguna parte. Existen casos de personas que mantienen durante años una doble vida, sin embargo, esa situación se rompe tarde o temprano porque es agotador vivir a escondidas, con el esfuerzo que supone que no se sepa la verdad en algún momento. La infidelidad es otra forma de mentira en una pareja puesto que se toma como una traición.

Una pareja sana también es aquella que entiende el amor como una forma de libertad en donde dicho cariño, precisamente, refuerza todo lo mejor de la persona amada: sus valores, su personalidad, sus creencias, su modo de ser… En la medida en que una persona se siente querida de verdad, entonces, también tiene más seguridad y aumenta su autoestima.

Para finalizar, un amor sano es aquel en el que predominan las siguientes emociones: alegría, ilusión, motivación, satisfacción… Por el contrario, la tristeza es una tónica habitual en una pareja llena de chantajes emocionales. Sin duda, debes aspirar a un amor que te haga feliz al cien por cien.

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