La sensación de soledad es muy desagradable y muy dura de vivir en el día a día. Una de las necesidades básicas a nivel humano es la de reconocimiento. El nivel de integración en sociedad es uno de los requisitos básicos para una vida feliz. La falta de amigos no sólo se sufre en los momentos de tristeza sino también, en los buenos momentos cuando nunca suena el teléfono para compartir un plan. La sensación de indiferencia es agónica.
Asumir la soledad para poder cambiar
El primer paso para poder cambiar de situación es asumir las cosas tal y como son y no disfrazar la realidad. El primer paso para saber que no quieres seguir así es reconocer que te sientes solo y que no te apetece seguir por ese camino. Uno de los errores de las personas que se sienten solas es que, como consecuencia del miedo, prefieren contarse una historia distorsionada a sí mismas y pueden llegar a decirse que están bien así.
El proceso de hacer amigos
Cuando somos niños hacemos amigos de una forma muy natural y espontánea. Anímate a rescatar tu niño interior para liberarte de todos los prejuicios y también, tomarte el objetivo de conocer gente como un juego divertido en el que lo importante no es ganar, sino disfrutar.
Cuida tu vida en todos los aspectos porque cuanto mejor te sientas contigo mismo y más feliz seas, más opciones vas a tener de conocer gente afín con la que compartir la vida. Busca algún entorno en el que puedas empezar desde cero porque nadie te conoce, ni tú conoces a nadie. Este tipo de medida también ayuda a ganar libertad emocional.
Cualquier persona de cualquier edad puede hacer nuevas amistades porque siempre existe gente que tiene el mismo deseo de hacer amistades. El destino y la suerte, hacen el resto.