La confianza es una virtud muy positiva en una relación personal, dicha confianza puede darse en diferentes grados. Sin embargo, la falta de prudencia puede hacer que alguien abuse de tu confianza. En algunos casos, tristemente, el exceso de bondad convierte a alguien en especialmente vulnerable para terminar cediendo ante ciertas peticiones del entorno. En esencia, cuando abusas de la confianza de una persona le estás utilizando en tu propio beneficio sin pensar en las necesidades de la otra persona.
Marcar límites
Dar por hecho que todas las personas tienen prudencia puede llevarte a situaciones muy incómodas ya que eso es como poner tu vida en manos de los demás. Eres tú el dueño de tu destino, por tanto, siéntete libre a la hora de marcar límites a los demás y decir no libremente a propuestas que no quieres cumplir.
De hecho, tampoco haces un favor a los demás acostumbrándoles a ceder en todo. Uno de los errores básicos en este tipo de actitudes es esperar que los demás siempre van a agradecer aquello que has hecho por ellos, cuando en realidad, puede que sean muy pocas las personas las que reaccionen como a ti te gustaría. Conviene obrar pensando en que tú estás haciendo un bien pero no en recibir agradecimiento.
Di lo que piensas
Aunque te cueste hacerlo, di lo que piensas porque de no hacerlo te sentirás todavía peor contigo mismo. Si alguien abusa de tu confianza, lo más probable es que te sientas humillado. Aprende la lección de una situación así para no volver a cometer el mismo error. Lo bonito de la vida es que siempre tienes nuevas oportunidades para empezar desde cero y para poder aprender de tu propia experiencia. Cuando alguien abusa de tu confianza, hazle saber que tu confianza tiene un límite.