Muchas veces la vida nos puede dar la espalda y eso no has estar de mal humor, vivir irritable o malhumorado. Seguramente esta actitud te impide disfrutar de la vida plenamente, pero además también dificulta tus relaciones sociales. Sigue estos consejos y controlar el mal genio.
Lo primero que debes hacer es identificar aquello que te genera malestar. Todo el mundo es capaz de descubrir lo que desencadena sus sentimientos de ira, cuando lo sepas, podrás tomar mejores decisiones para evitar esas situaciones. Toma estrategias preventivas para mantener un mejor control de tus emociones negativas.
Tómate un tiempo de descanso si lo necesitas. Respira profundamente o esperar un tiempo antes de reaccionar, puede apaciguar tu primera reacción agresiva. Los impulsos no suelen ser buenos, piensa antes de actuar.
Por otro lado, también es recomendable que te alejes de aquellas personas que te irritan. Procura no estar con gene con quien no te sientas a gusto. Tienes todo el derecho a elegir con quién quieres estar o entablar una conversación, y en aquellos momentos en los cuales no es posible elegir, procura ser correcto, justo y educado. No caigas en las provocaciones.
Realiza deporte siempre que puedas, la actividad física puede ayudarte a descargar tus emociones negativas, después de sudar un rato te sentirás mucho más despejado. Elige el ejercicio físico que sea más acorde a tus capacidades y gustos. Puede ser un deporte individual o en equipo. Sólo tienes que animarte y empezar eliminar tus tensiones disfrutando de algo que sea de tu agrado.
Practicar técnicas de relajación te permitirá desarrollar habilidades y destrezas para relajarse, para ello usa tu creatividad, escucha música, escribe en un blog, aprende técnicas de respiración, conoce la forma de relajar tu cuerpo o apúntate a clases de estiramiento y yoga.
Piensa en las consecuencias de tus actos. Cualquier cosa que hagas o digas puede hacer daño a los demás. No te arriesgues a lastimar o herir a alguien. Procura mantener la calma cuando te sientas enojado y esfuérzate por postergar la charla o discusión para un momento de mayor tranquilidad, ya que furioso no llegarás a solucionar nada.