El amor es un sentimiento que puede irrumpir en la vida de las personas en cualquier etapa vital. Sin embargo, la llegada del amor a partir de los 40, los 50 y los 60 años produce una mayor sorpresa en la vida de muchas personas que habían perdido la confianza en volver a enamorarse. Esta idea es fruto de asociar una determinada edad con tener menos opciones de encontrar pareja. Esta actitud también es resultado de hacer deducciones de futuro a partir de las experiencias sentimentales previas. Sin embargo, con frecuencia la vida sorprende en positivo a aquellos que tienen una actitud de confianza en el amor.
El miedo al cambio
Uno de los miedos que puede experimentar una persona cuando se enamora a partir de los 40 es el temor a los cambios que puedan producirse en su vida a partir de ese momento. Cambios que pueden ser muy deseables pero que en un primer momento pueden producir el vértigo de abandonar esa zona de confort y de comodidad en la que la persona se siente segura en su rutina.
Para ganar fortaleza ante estos posibles temores conviene tener paciencia ya que ningún cambio se supera de golpe sino que en toda relación existe un proceso de adaptación mutuo y gradual para establecer nexos de unión y llegar a acuerdos.
No tirar la toalla en la búsqueda del amor
Existen personas que cuando se sienten desbordadas por las expectativas rotas de tantas ilusiones que quedaron en nada, se dan por vencidas en el plano sentimental y dejan de buscar pareja. Es positivo no hacer una relación de causa y efecto a nivel sentimental: no tener pareja en el presente no es sinónimo de no tenerla en el futuro.
Para encontrar pareja es positivo que uno mismo se dé la oportunidad de intentarlo más allá de las decepciones previas.