Una de las claves del amor eterno es la sorpresa. Tener la capacidad de sorprender cada día a la pareja a través de gestos románticos, nuevas iniciativas, planes en común, ilusiones y motivaciones. La rutina no existe para todos aquellos que asumen que la verdadera magia surge de la actitud que cada uno adopta frente a una relación. Algunas personas una vez que han logrado su objetivo de seducir, ya se dan por vencidas. Es decir, consideran que ya no tienen nada que aportar, se conforman y pierden interés. Sin embargo, las personas verdaderamente inteligentes a nivel emocional, saben que el amor muere cuando se descuida.
No podrás sorprender a tu pareja si tú no te concedes el regalo de sorprenderte de ella también. Es decir, intenta conocerle un poco mejor, ten en cuenta que la personalidad del ser humano evoluciona constantemente. No te estanques en aquello que ya conoces cuando te queda tanto por descubrir y tanto por amar.
Anímate a mejorar la comunicación en la medida de tus posibilidades, que son muchas. De hecho, para aprender a expresarte mejor puedes realizar cursos de formación, leer libros, pensar antes de hablar, tomar conciencia del daño que pueden hacer las palabras cuando se utilizan mal. Existe un diccionario romántico del amor con términos infinitos para sorprender el alma del ser amado. Existe un gran placer a nivel emocional, escuchar que la persona que quieres te dice: “Te quiero”.
Está claro que el amor no es la única aspiración en la vida de una persona. Es decir, este objetivo debe hacerse compatible con la rutina laboral, los amigos, la familia y el propio espacio. Por ello, en medio del estrés y el cansancio, también muere la ilusión por seducir nuevamente a la pareja. Anímate a sorprenderle cada día, dando lo mejor de ti mismo.