La amistad es uno de los vínculos sociales más constructivos y gratificantes. Durante las fiestas de Navidad, se potencian los planes sociales de las reuniones con amigos. Existen dos tipos de amistades que producen un efecto contrario en nuestro estado de ánimo. En el lado positivo de la balanza, destacan las amistades constructivas, esos vínculos gratificantes que suman bienestar emocional. Además, este tipo de relación sana es vital para crecer como persona ya que la compañía del amigo se convierte en un refuerzo de autoestima gracias al placer de compartir las alegrías en los buenos momentos y también, a través del consuelo en los malos momentos.
Las buenas compañías lo son porque su presencia es una suma. En este tipo de vínculo existe un cariño recíproco y desinteresado. La esencia de este tipo de cariño es la aceptación incondicional del otro.
Las relaciones destructivas
En oposición al primer tipo de relación, también tenemos que alejarnos de posibles relaciones destructivas que producen dolor. Existen distintas formas de amistad insana. Por ejemplo, vínculos en los que se establece un rol desigual y actitudes de chantaje emocional y manipulación. La envidia es uno de los sentimientos más destructivos que existen. Por esta razón, un amigo envidioso que no se alegra por el bien ajeno y que convierte la amistad en una competición por ser el mejor, también produce una gran dosis de energía negativa a su alrededor.
Cómo elegir a los amigos
Durante la recta final de año es un buen momento para hacer balance de la calidad de los vínculos personales. Y también es un buen momento para borrar de la agenda de contactos posibles relaciones que en lugar de hacerte feliz, son una fuente de frustración constante en tu vida. Por ejemplo, una relación de utilidad.
Una relación destructiva es destructiva porque destruye y puede destruir xdxdxdxdxdxd