La vida es bonita e imprevisible, sin embargo, desde el pensamiento negativo de aquel que no atraviesa un buen momento, todo parece de color gris, y las expectativas se frustran ante la sensación de que las cosas nunca van a cambiar. Existen personas que se convencen a sí mismas de que nunca van a encontrar el amor. Sin embargo, existe una actitud muy positiva que puedes poner en práctica a la hora de vivir mejor: deja que la vida te sorprenda. No te centres únicamente en un aspecto, avanza, deja que pase el tiempo, y tal vez, cuando menos pienses te pase algo que te haga cambiar de opinión respeto a tu propia suerte.
La vida puede sorprenderte en todos los ámbitos: amigos, trabajo, familia, pareja, desarrollo personal… Por ello, merece la pena vivir de verdad con intensidad el presente, conservando la inquietud del niño interior que tiene la capacidad de ver todo con la perspectiva de la novedad.
La vida puede sorprenderte pero muchas veces, los cambios no son tan inmediatos de ahí, que muchas personas pierdan la paciencia y se agoten de esperar algo que nunca llega. Más que de esperar, se trata de vivir plenamente, no dejando que algo futuro te robe la paz interior para disfrutar de la única certeza que tienes: este momento y tu realidad presente. El hecho de que hubiese cosas que te gustaría que fuesen de otra manera, no puede robarte la ilusión de valorar lo que sí tienes. No existe ninguna persona que tenga de verdad todo aquello que anhela alcanzar. Pero gracias a los vacíos, las carencias y las ausencias, el poder de las sorpresas de la vida tiene mucho más significado emocional.
En la vida y en el amor te puedes encontrar con muchas sorpresas. Unas agradables y otras desagradables, pero todas ellas, aportan algo a tu vida.