Las dudas son humanas. Todavía más cuando se trata de buscar certezas absolutas vinculadas con decisiones significativas del destino. Después de una ruptura de pareja, el ruido de la duda puede entorpecer tu bienestar. ¿Cuáles son estas incógnitas habituales?
Dudar sobre la acción en sí misma
Por muy clara que tuviese la decisión en su mente aquel que dio el primer paso, la sensación de añoranza posterior al tomar distancia respecto a la zona de confort habitual, puede hacer que nazca esta sensación de no saber si el paso dado fue el mejor o todavía quedaba pendiente alguna nueva oportunidad que hubiese podido dar un giro a la situación.
Dudar sobre los sentimientos
Una persona no deja de querer a otra en cuestión de un día. Incluso aunque el amor se haya enfriado, puede quedar la consecuencia de sensaciones contradictorias que te producen desconcierto porque en función del momento pareces sentir algo distinto.
Estas dudas sobre los sentimientos te producen confusión y te llevan a vivir más ligado al pasado que al presente, a pesar de que te encuentras en un buen momento para comenzar una nueva etapa de tu vida.
Dudas sobre el pasado
Cuestiones que pueden tener esta forma: «¿Qué pude hacer y no hice para influir de manera más positiva en esta relación?». El desenlace es el que es; nadie puede modificar el pasado ni en una sola línea del argumento principal.
Cuándo pasará este dolor
Tras haber tomado la decisión final del adiós, la despedida definitiva no se ha producido todavía puesto que el protagonista necesita darse un margen para hacer el duelo. La impaciencia es una respuesta frecuente ante el deseo de no dar más protagonismo al dolor. Sin embargo, la única forma de sanar las heridas es aceptarlas, entenderlas y vivirlas como parte del camino.